sábado, 22 de noviembre de 2014
fairy feller´s master strocke!!! EN MEXICO D.F.
Para los Queeneros en el DF y zonas aledañas... La magnífica pintura de Richard Dadd, Fairy Feller's Master Stroke que sirvió de inspiración para la canción de Freddie/Queen, está en exhibición hasta enero 2015 en el Palacio de Bellas Artes en una exhibición en honor a Octavio Paz... Así de rebuscado y magnífico el asunto!!! http://www.conaculta.gob.mx/mails/septiembre10/index.html (FUENTE DE INFORMACION:COMUNIDAD QUEEN MEXICO---JULIETTA BADILLO)https://www.facebook.com/groups/COMUNIDADQUEENMX/
COMUNIDAD QUEEN FAN CLUB MÉXICO
The Fairy Feller's Master-Stroke (español: El golpe maestro del duente leñador) es una canción perteneciente al segundo álbum de estudio realizado por la banda de Rock inglesa Queen a comienzo de 1974 para su disco Queen II, escrita por su vocalista Freddie Mercury.
Esta canción presenta un aire barroco, teatral y festivo, además se encuentran melodías pegajosas y un sinnúmero de voces dobladas sostenidas por unas bases de clavecín. Es un ritmo rápido el cual muestra a Freddie Mercury muy participativo.
La canción está basada en la pintura del mismo nombre, de Richard Dadd:
"(La canción) fue inspirada por una pintura de Richard Dadd que está en la Tate Gallery. Lo pensé, hice un gran trabajo de investigación sobre ella, eso me inspiró a escribir una canción sobre la pintura..."
Freddie Mercury, 19771
Es una canción muy singular, ya que analizando la letra, se puede encontrar palabras del inglés antiguo como Tatterdemalion, quaere; además de palabras que son muy difíciles de encontrar en una canción. También hace referencia a Oberon y Titania, que son personajes de la comedia "Sueño de una noche de verano". Lo interesante desde el punto de vista musical y estilístico de esta canción, es que Queen, y particularmente Mercury, logró transmitir magistralmente por medio del pentagrama la misma atmósfera claustrofóbica quer tiene la pintura de Dadd. Es decir, logró traducir un estímulo visual en uno auditivo.
Esta canción forma una especie de conexión con Ogre Battle, al perpetual el sonido de un Gong al final de ésta, y con Nevermore, pues Nevermore continúa el solo de piano al final de "The Fairy Feller's Master-Stroke".
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"The Fairy Feller's Master-Stroke" es una canción de la banda inglesa Queen, que fue publicada en su segunda placa musical, el comentado "Queen II", que fue lanzada al público en marzo del año 1974.
Para la fanáticada de Queen, esa que no sólo gusta de los hits radiales, el "Queen II" es un trabajo importante dentro de la discografía de la banda, ya que marca la segunda parte de un debut donde la banda de inmediato marcaba diferencias y no se apegaba a ningún estilo en especial. Lamentablemente, y también bajo un sello inexplicable hasta el día de hoy, muchos se olvidan de estos dos discos de la banda y simplemente se dejan llevar por los trabajos que vendieron más o que salieron a la venta cuando la banda era reconocida a nivel mundial. Pero eso no le tiene que quitar prestigio a un disco sólido, de sorpresas musicales y que tiene buenas críticas de varios músicos que encontraron un esencia especial en este LP donde la primera parte (llamada "Lado Blanco") es escrita solamente por Brian May (a excepción de una rola de Taylor al final de ese lado) y la segunda parte trae todo el talento de Freddie Mercury (el aclamado lado negro).
Específicamente del lado Negro es que vamos a hablar hoy, y en especial de la segunda pieza: "The Fairy Feller's Master-Stroke", inspirada en una pintura del mísmo titulo que pertenece al famoso pintor inglés Richard Dadd.
Mercury siempre se declaró fanático de este pintor (y de las obras clásicas en general), cuya obra destacaba por la creación de mundos imaginarios; y por ello es muy característico ver que en cada uno de los detalles de sus cuadros se encuentran duendes, hadas y criaturas sobrenaturales que inspiran un paisaje muy especial.
Freddie siempre le tuvo mucho aprecio a esta pintura, de hecho cada vez que podía entre graabción y grabación, la iba a mirar y analizar a la Tate Gallery, donde se encuentra el original. Sobre este tema, en 1977el mismísimo Freddie declaraba en una entrevista sobre esta pieza musical con aires barrocos: "Me inspiré a fondo por una pintura de Richard Dadd que se encuentra en la Tate Gallery. Entonces pensé escribir algo, realizé una investigación sobre ella y todo eso sirvió de inspiración para escribir esta canción bajo mi punto de vista, bajo mi pripia mirada sobre la pintura que tenía ante mis ojos. Quizás sólo está hecha bajo una visión básica, de alguien que la miró como un collage y como me gusta la pintura, pensé que sería interesante escribir sobre esto"
Una vez que escribió la letra y la música, Freddie decidió enseñarle su nueva pieza a sus compañeros de banda. Para ello, pidió a su productor, Roy Thomas Baker, que le tuviera listo un clavicordio y un piano para llegar y trabajar en la canción. Fue en esos momentos donde Freddie se puso manos a la obra con su canción e invitó a Roy Thomas Baker a que lo apoyara con las castañuelas. De esa manera aparecía la versión demo de esta magnífica canción.
""The Fairy Feller's Master-Stroke" es una pieza sorprendente, aun me acuerdo de ese día, yo estaba por ahí en el estudio, y miraba atentamente a Freddie que disfrutaba en el piano tocando esta canción, que tenía enía un estilo algo maniático y a la vez tan frágil en su melodía" declararía Brian May en el año 2003.
El baterísta, Roger Taylor describe a la canción como el "experimento mas grande para un equipo musical" en referencia al uso de varios instrumentos en su grabación y raras técnicas en su producción, donde cada detalle era vigilado por Mercury al mismo estilo como Dadd cuidaba cada momento de sus cuadros.
Contiene arreglos complejos, en especial para la parte vocal donde cada coro y doblaje de voz fue delineado de manera específica para que calzara en cada nota y espacio de la cortina básica hecha a piano, guitarra, bajo y batería.
La letra de la canción habla sobre mundos y paisajes medievales, llenos de fantasías y cuyos protagonistas son los personajes del cuadro de Dadd, como la Reina Mab, Waggoner Will, the Tatterdemalion y otros tantos más.
Si bien la canción nunca fue interrpetada en vivo, sigue siendo hasta el día de hoy una piexza de culto para la fanaticada de La Reina. Una canción fantástica, que nos demuestra que esta banda venía con varias sorpresas bajo la manga y que por algo fue y será una de las mas importantes a la hora de hablar de Rock de verdad.
Que la disfruuuten!
“The Fairy Feller’s Master-Stroke”
Es fácil deducir a primera vista que el cuadro, relativamente pequeño en tamaño (54 por 39,4 centímetros), es una visión abigarrada que no pertenece al mundo de quienes nos consideramos cuerdos: el gentío que puebla la tela parece crecer o reducirse; las texturas carnosas de la vegetación esconden seres que se perciben, inesperados, cuando creímos haber agotado el repertorio del elenco alucinado y superpuesto que, estamos convencidos, espera un suceso trágico e inevitable, anunciado por el golpe de hacha que la figura central se presta a asestar contra una castaña mientras las libélulas tocan la trompeta, un par de voluptuosas hadas se entregan a un sátiro, un anciano asiste colérico a la escena y diminutos centauros recorren la perspectiva inconcebible del lienzo, que parece pintado a ras de suelo y, al tiempo, contener una desesperada tensión tridimensional con cambios de escala mareantes entre un motivo y los circundantes.
The Fairy Feller’s Master-Stroke (El golpe maestro del leñador duende) habla de un parricidio, de la desmembración de un cuerpo, del plan de asesinar al Papa, de cuarenta años en un manicomio, de una psicosis criminal y visionaria, de un mensaje secreto de Osiris, de una narguila con kif demasiado intenso para un inglés, de la maldición circular que ronda las arenas de Egipto, de una insolación, de un ADN cargado con la negra tinta de la demencia…
El óleo, propiedad de la colección permanente de la Tate Britain, fue pintado con maniática perseverancia durante casi diez años, entre 1855 y 1864, en el inmenso sanatorio mental londinense de Bethlem, sostenido con fondos de la corona británica engordados con el dinero que pagaban los pudientes en giras organizadas para observar los alunados antes del té de los domingos. El pintor, Richard Dadd (1817-1886), que ha pasado a la historia como un artista y un asesino, escribió una larguísima soflama en verso para intentar explicar el sentido del cuadro y negar la evidencia: estamos ante un vástago de una imaginación salvaje y caprichosa.
Dadd no quiso revelarnos las facciones de leñador que se apresta a dar un “golpe maestro” en el centro del cuadro. La figura, acaso una proyección simbólica del artista, está de espaldas al espectador y alza un hacha antes del vuelo que llevará el filo contra su destino, la misteriosa castaña que bien podría ser una forma vegetal de craneo humano. En la noche del 28 de agosto de 1844, en un claro de bosque en Cobhan, en el condado de Kent, Dadd partió la cabeza de su padre Robert, un respetable químico jubilado, con un bestial golpe de hacha. Para asegurar la muerte, clavó en el pecho del anciano un cuchillo de veinte centímetros de hoja. Con el hacha y una navaja barbera descuartizó el cadáver y abandonó los restos en una zanja.
El artista, que tenía entonces 27 años, fue detenido a los pocos días en Francia cuando intentó degollar a otra persona. La policía encontró en su somero equipaje una lista de víctimas: el primero era el padre, seguía el Papa de Roma y a continuación una larga lista de amigos personales del joven pintor, considerado un valor en alza en los cenáculos artísticos visctorianos.
La justicia ordenó que el psicópata fuese encerrado de por vida. Dadd pasó en Bethlem veinte años y luego fue trasladado a Broadmoor, el primer “manicomio para criminales” de Inglaterra. Recibía algunas visitas y se comportaba con corrección. Nunca dejó de pintar, pero jamás alcanzó la intensidad genial de su obra cumbre, es decir, de su confesión.
Las tenazas de la locura prendieron en Dadd durante un viaje en 1842. Era una travesía de iniciación muy al estilo de los bohemios victorianos de buena cuna que podían permitirse recorrer los caminos del mundo con afanes místicos para luego deleitar a la sociedad británica con epopeyas orientalistas. Visitó Grecia, Turquía, Siria, Jordania, Jerusalén y Egipto. En El Cairo tramitó una amistad desaforada con las pipas de kif y, después de un viaje de cinco días fumando, creyó descifrar en el borboteo del agua de las narguilas un mensaje del dios Osiris, quien también, de acuerdo con la mitología, había sufrido la muerte por desmembramiento.
La deidad solar, creyó escuchar con claridad el joven pintor, le ordenaba la ejecución de todos aquellos que perturbaban su reinado sobre el mundo. De regreso urgente a Inglaterra, los médicos tranquilizaron a la familia Dadd opinando que las alucinaciones eran causadas por los efectos de una insolación. Egipto, ya se sabe, no goza de la bendición de la niebla londinense para que la sangre deje de hervir.
“Maté a quien yo siempre consideré un pariente, pero según la secreta advertencia que se me hizo, iba a convertirse en el artífice de la ruina de mi raza“, explicó Dadd sobre el parricidio.
Una mejor explicación quizá se muestra en El golpe maestro del leñador duende —que sirvió, por cierto, como inspiración para una canción del grupo Queen—, el cuadro donde, con una precisión forense, Dadd se diagnostica, secciona y explica en un óleo que contiene las visiones atrozmente serenas de una mente trastornada.
Ánxel Grove
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